Había una cabaña al lado de un mar tranquilo y las mujeres entraron a encender la salamandra Te quedaste afuera porque querías ver el fuego verdadero que nace de un tarro de acero Yo te llamé pero te cautivó el calor, la belleza transformadora
No entendí nada
Me dijiste que era hora
Y te envolvíste en esa llama y tu cuerpo ya no era tu cuerpo tu alma fue mágico
Un águila de fuego del fuego emergió y se fue volando en calma directamente al cielo
Fue tan hermoso que no necesité más explicación.